¿Sabías que en la segunda mitad del siglo XVIII la Hermandad
Matriz de Almonte se denominó como Hermandad de Nuestra Señora del Rocío y San
José?
Hoy 19 de marzo, coincidiendo con el día del Padre, “San
José”, por ello, nos ceñiremos sobre la Imagen del Glorioso Patriarca que llegó a
mediados del XVIII, y, que dio título a la Hermandad Matriz de Almonte, conjuntamente
con la titular del Santuario, Ntra. Sra. Del Rocío.
La Cofradía de
Nuestra Señoras de Las Rocinas de Almonte, venía ejerciendo del cuidado de la
ermita desde el primer tercio del siglo XVII, bajo la potestad de los patronos,
el Clero y Cabildo almonteño. Es con la llegada de la curia almonteña a la
Cofradía en el siglo XVIII, cuando esta toma un papel más protagonista en los
asuntos del Rocío. Comienza pues a dejar atrás la denominación de cofradía,
para empezar a llamarse Hermandad, y lo hace a mediados de dicho siglo, con los
títulos de “Ilustre y Venerable”. Incluso aparece en 1757 el título de “Más
Antigua”, para diferenciarla de las demás Hermandades de los pueblos del
entorno, que venían concurriendo a la Función de Pentecostés (Romería).
En la primavera de 1759, actuó como Hermano Mayor D. Nuño
Carlos de Villavicencio y Pichardo, conocido como Conde de Cañete del Pinar.
Primera familia noble y mayor hacendado del municipio en aquella época, tras la
Casa Ducal de Medina Sidonia. Junto a su mujer, doña María Estefanía López
Pintado, eran Patronos del Convento de monjas domínicas de la villa de Almonte.
En el crucero de la antigua ermita del Rocío, en el lado
derecho, se situaba un retablo que albergaba la talla del Patriarca San José,
una talla de 1,42 m. de madera policromada del círculo de Duque
Cornejo o incluso de Cristóbal Ramos. Como
bien indicaba una cartela en el dicho retablo, fue regalado por el Conde de
Cañete del Pinar. No sabemos qué año hizo tan grandioso obsequio al santuario.
Descartamos el año que ejerció como Hermano Mayor en 1759, ya que la presencia
de la talla en el santuario no los indican las propias Reglas Gobernativas de
la Hermandad, en febrero de 1757. Estas fueron aprobadas un año después.
Es el mismo Conde de Cañete, quien indica en dos licencias
fechadas el 6 de octubre de 1758, donde solicita sembrar un pedazo de tierra de 24
fanegas de pinar junto a la ermita y, cortar la madera necesaria para construir una plaza de toros en el Real para celebrar fiestas de
toros que anualmente
en vísperas de la fiesta a la Sra. Patrona ,
cuyos beneficios serán para costear la obra de reparación de dicha ermita, edificio que estaba en total desperfecto tras el terremoto de Lisboa de 1755.
Estas
peticiones lo venía haciendo como en calidad de “Hermano Mayor” de la “Hermandad
de Nuestra Señora del Rocío y San José”. Es la primera vez que aparece el
agregado de San José junto a la titular de la Hermandad y Ermita.
Recordemos
que en aquella época, el cargo de Hermano Mayor se venía eligiendo desde julio,
el año anterior a Pentecostés ¿regaló Nuño Carlos de Villavicencio la imagen de
San José ya que el nuevo santuario que se está construyendo y al ser más amplio
podía albergar esta nueva Imagen?
El Domingo de Pentecostés, se le
dedicaba en la ermita una función religiosa con Sermón del Patriarca. En las
reglas de la Hermandad Matriz de 1758, en el capitulo séptimo, se habla de la
organización de la fiesta anual a San José.
Reglas de 1758. Capítulo VII.
Fiesta a el Señor San Josef.
Mediante a que en el crucero de la Iglesia de Ntra.
Madre y Sra. del Rocío, hay un altar en el que se venera la Sagrada Imagen de
Ntro. Glorioso Patriarca Sr. San José, cuyo Patrocinio es el más eficaz y poderoso y su culto y
obsequio el más agradable a su Santísima esposa y a su divino hijo y porque
esta venerable Hermandad no tiene más carga ni pensión que la de la fiesta de
Ntra. Sra. y era muy arreglado el que los hermanos cofrades vivos, y difuntos
como los de votos de su majestad gozasen de algunas mas gracias, y sufragios
que las que les resulten de la referida fiesta
y de las doces misas de los meses, mandamos que anualmente el domingo de
Pascua de Espíritu Santo, víspera del en que se celebra a Ntra., Madre y Sra.
se haga en su Santa Casa una fiesta de misa Cantada y sermón a Ntro. Glorioso
Patriarca implorando en ella su poderoso Patrocinio y el de su divina esposa a
fin de que su majestad nos conceda el aumento de tan sagrada devoción, la paz y
concordia entre los Reyes Católicos y de todos los Cristianos, extirpación de
las herejías, victoria contra los infieles, y herejes, conversión de todos
ellos al gremio de Ntra. Santa Fe, y por el descanso de las almas de todos los
hermanos difuntos, y devotos de Ntra. Sra. y de su Santísimo esposo, cuyos
costos, de la Misa, Sermón, y cera, sea de pagar con ciento y cincuenta reales de vellón cada un año que son
bastantes para ello, cuya pensión, como la de la fiesta de Ntra. Sra. y la misa
mensual nos imponemos, en demostración de la fina devoción, con que deseamos el
aumento del sagrado culto de Ntra. Madre y Señora del Rocío y de su Santísimo
Esposo el Sr. San José.
Retablo de San José en la antigua ermita del Rocío. Fotografía de la década de 1940 |
No solo estaría vinculado a la Romería del Rocío, también tenía
un papel destacado en los Traslados de la Virgen a Almonte.
Existía en la Parroquia de la Asunción de Almonte en el
siglo XVII, otra talla de San José. Esta Imagen era portada por las mujeres
hasta las afueras del pueblo, independientemente si fuese por el Camino de Los
Llanos o Tarajales, para esperar a la Virgen, y, poder acompañarla después
hasta el sitio del Chaparral donde le era retirado a la Virgen el llamado
pañito que la cubría del polvo del camino. Ocurría lo mismo a la inversa,
cuando la Virgen debía de volver a su Santuario, desde el Chaparral, se la
acompañaba hasta el inicio del camino.
La imagen de San José del Rocío solo recibía a la
Virgen cuando regresaba al Santuario. En
un inventario de 1884, disponía la talla de unas andas de madera dorada y
blanca. Esta tradición se pierde en la Guerra Civil de 1936.
Calle en Almonte rotulada en honor al Conde Cañete. Precisamente por esta calle transita la Virgen del Rocío cada siete años en la procesión de la Función de Iglesia con sus galas de Reina |
Fue
el Conde Cañete el propulsor de la devoción de San José en el Rocío, con cultos
el domingo de Pentecostés, y el primero que unió esta advocación con la del
Rocío. Desconocemos cuando deja de mencionarse como tal, o si simplemente fue
la denominación de un entusiasta Hermano Mayor que obsequió la Imagen del Patriarca para acrecentar
las gracias y sufragios para los hermanos de la Hermandad. Tras la invasión
francesa, no queda rastro del culto a San José, meramente su participación en
el regreso de la Virgen a la ermita.
A inicios de la década de 1870, la ermita sufría un grave
deterioro. El ayuntamiento y Hermandad hacen gestiones. Se descubre que Fernando de Villavicencio, Conde Cañete,
hijo de Nuños Carlos y quien pudo ejercer también el cargo de Hermano Mayor en
1843, dejó en su testamentaria 20.000 reales para sostenimiento y reparación de
la ermita del Rocío.
Javi el
almonteño.
Bibliografía:
Centro
Cultural de la Villa de Almonte
Actas
Capitulares de Almonte
Descubrimiento de la milagrosa
imagen de María Santísima del Rocío y tanto de la Regla que la ilustre
Hermandad de la villa de Almonte formó para culto de dicha Señora, como patrona
que es de la dicha villa, en atención a los muchos favores que experimentan sus
devotos. Redición Ayuntamiento de Almonte, 2003. Reglas de 1758, p. 31.
MUÑOZ BORT. D. y FLORES CALA. J. Hermanos
Mayores de Almonte. Edita
Ilmo. Ayuntamiento de Almonte. Centro de Estudios Rocieros (CER). Colección
Cuadernos de Almonte, número extraordinario, Almonte, 2001.
LÓPEZ TAILLEFERT, M. Á.: El
ajuar de Ntra. Sra. del Rocío y de su ermita según un inventario del último
cuarto del siglo XIX, revista Exvoto, nº 2. Sevilla, 2013. P. 43.
CRUZ DE FUENTES. L. Documentos
de las fundaciones religiosas y benéficas de la villa de Almonte y apuntes para
su historia. Huelva, 1908.
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