Camino de Los Tarajales


<<Hemos ido al Rosío sin encontrarnos; tu por los Tarajales, yo por los Llanos… ¡Es triste sino tener tan apartaos nuestros caminos!>>
                     Tonadilla rociera de principios del siglo XX. 
                    


Con motivo de la reciente recuperación del  antiguo Camino de los Tarajales al Rocío por la confederación hidrográfica del Guadalquivir, promovido por la Hermandad Matriz y Ayuntamiento de Almonte, es nuestra labor y pretensión de dar a conocer tanto históricamente y como visualmente,  en este reportaje ilustrativo, el recorrido completo del mencionado Camino de Los Tarajales.
Con la feliz noticia del paso de las Hermandades Filiales  de  Barcelona, Palma de Mallorca, Alcalá de Henares, Guadix, Alicante, Torrejón de Ardoz, Alcalá la Real, Castillo de Locubín, Pozuelo de Alarcón, Ceuta, Cornellá, Santa Fe y Estepona, en la próxima Romería del Rocío 2016, nos engrandece de alegría y de entusiasmo, que tras mucho años de olvido, vuelvan a peregrinar los romeros por este camino hacia el Rocío. Con este plan en marcha, La Hermandad Matriz pretende descongestionar en cierto modo las grandes caravanas que viene sufriendo varios años el camino de Los Llanos.

Desde hace casi 60 años, Los Tarajales quedó totalmente desligado de la devoción a la Virgen del Rocío, perdiéndose un tanto en el olvido. Atrás quedó sus días grandes de glorias, que junto al de Los Llanos, eran las principales vías hacia la Romería, como plasman así los cronistas de la época.

La controversia que existe en Almonte sobre la antigüedad de estos dos caminos, va más allá del desconocimiento y de la falta de información. Por lo tanto ofreceremos varios datos de interés para los interesados.

Documentalmente, y ligado a la devoción, datamos al camino de Los Llanos en 1335, denominado entonces como Camino Viejo hacia Santa María de las Rocinas. Al de los Tarajales, lo encontramos documentado algo más tarde, en los viejos legajos del siglo XVI, como Camino de Cabezo Gordo. Aquel paraje  era uno de los pocos fértiles por estas latitudes y muy apreciado por los agricultores locales para laborear rozas de semillas cerealisticas, plantación de viñas y de olivos.  Este camino parece ser que desembocaba  desde su salida del  pueblo, a unos 8 Km, justo por la zona de La Palmosa,  al borde del arroyo de Santa María. Tardaría unos siglos en aparecer el tramo final que hoy se conoce hasta la propia aldea del Rocío. Por entonces, esa zona intransitable abundaban charcos y lagunas.

La primera referencia que tengamos constancia del camino en relación a la devoción de la Virgen almonteña, lo encontramos en 1861, y dice así <<... conocido es en toda la península y aun fuera de ella, del célebre santuario del Rocío y su renombrada Romería, pues bien, excepto los pueblos de la provincia de Sevilla que concurren a ella, todos las demás lo hacen por el camino del que se trata (Los Tarajales), único camino que siempre han conocido para la multitud de carruajes, en que hacen su viaje los romeros>>.

Por entonces, las peregrinaciones al Santuario como los Traslados de la Virgen al pueblo, se hacían por Los Llanos. Tras la colonización agrícola del paraje de Los Tarajales a principios del siglo XIX, se iría optando esta vereda como una nueva alternativa al Rocío, más cómodo y mejor transitable.
Fue en 1956, cuando la Virgen transitó por última vez por él, en sus traslados hacia a Almonte. Recordemos, que según la época estacional, la Virgen podía ir tanto por Los Llanos (invierno) como por el de Los Tarajales (verano). Al igual que pasó con la Romería, se dejó de realizar los traslados de la imagen por él, por el mal estado en el que se encontraba. También se documenta en 1861 sobre las venidas de la Virgen por este camino: <<...a un vecindario que en sus calamidades públicas traen a hombros la santísima efigie de Ntra. M. Sra. del Rocío de su santuario a la población, y la traen por este camino, no sólo por ser el único conocido también porque es por el que puede hacerse con menos trabajo y más pronto este viaje…>>.

Los avatares del tiempo, ha jugado en contra de este camino, relegado, olvidado, pero que con el ímpetu de muchos almonteños, se ha conseguido de nuevo recuperar, y asociarlo de nuevo, al nombre del Rocío.

A continuación, ofreceremos imágenes de los 15, 90 Km de recorrido que tiene el camino.

Adjuntaremos un plano para que sirva de referencia a la hora de recorrerlo, citando parajes y lugares que también fueron desvinculándose del dialecto almonteño, como son la Encina de Curro Pérez, la Cuesta del Tío Fino, la Pasada del Rocío, el Alto del Tío Vallés, la Era del Tío José, el Charco de las Mujeres, entre otros.



Plano del camino de Los Tarajales





Comenzamos el recorrido desde Almonte, en el parque conocido como El Chaparral, lugar donde se celebra la misa de Romeros de la Hermandad Matriz, y donde Amen cada siete años, es recibida la Virgen en sus Traslados al pueblo, descubriendose su divino rostro al amanecer.


Continuamos por las calles José María Pemán, Ceret, Los Tarajales y hasta cruzar la carretera A - 474, nos incorporamos en el Camino.






Justo en la situación de estas calles, y bordeando el Chaparral, se encontraba una extensa plantación de eucaliptos, desde 1943. Era el llamado "eucaliptal de Sancho".


Observamos en esta imagen del traslado de 1956, a la Virgen en el Chaparral, y justo detrás, el dicho eucaliptal. El último año que la Virgen transitaría por los Tarajales.
Foto Alonso, cedida por Antonia Moreno. FLORES CALA, J.: Historia y documentos de los traslados de la Virgen del Rocío a la Villa de Almonte. 1607 - 2005. Cuadernos de Almonte. Sevilla, 2005.



Partido de fútbol en los años cuarenta, junto al eucaliptal de Sancho.

Foto de Lo nuestro. Colección "Puerta Abierta" Nº 1. Centro de educación de Adultos "Giner de los Ríos" Almonte. Huelva, 1997.





El camino.



La Encina de Curro Pérez (hoy desaparecida), era uno de los lugares más emblemáticos en los Traslados de la Virgen. Justo antes de llegar al Chaparral, se encontraba esta encina, donde, si la procesión por el camino aligeraba su marcha, era demasiado pronto para que la Virgen entrara en el pueblo, ya que como dicta la tradición, la Virgen debe ser descubierta a los primeros rayos del alba. Por lo tanto, en esta encina, se esperaba junto a la Virgen, donde no cesaban las plegarias, salves y vivas.












Sería prescindible que esta pequeña pasada del regajo de Cabezo Gordo, se habilitara unas barandas de protección.



Los olivares de Cabezo Gordo.




En este lugar, al menos conocido desde el siglo XIX, se levantaba una cruz de hierro. Había varias cruces por los caminos. Según cuentan, eran donde habían fallecido algunas personas.



Se observa en la imagen, dos caminos; el de la derecha, el original de Los Tarajales, y el de la izquierda, hacia el Moralejo o Palmosa. Ambos confluyen en el puente de la Pasada del Rocío, pero dada la estrechez del camino de la derecha, y la imposibilidad de que transiten por él en sus 590 metros gran influencia de peregrinos como de carretas y demás vehículos a la Romería, se ha optado seguir  el camino hacia delante en dirección a Moralejo. Justo a un kilómetro, el camino tuerce hacia la derecha por el pinar de los niños pobres de Abreu, hoy mal llamado pinar de Medina, hasta llegar a la Pasada del Rocío.














Se vuelven a unir el estrecho camino de los Tarajales, con el que venía del camino del Moralejo por las entrañas del pinar de los niños pobres de Abreu. Pedro Barrera y Abreu era un presbítero almonteño de gran importancia en el siglo XVIII. Contribuyó enormemente a la devoción de la Virgen del Rocío, siendo Hermano Mayor de la Matriz en 1757, cuando ostentaba el cargo de de Canónigo de la Catedral de Valencia. Fue uno de los principales, sino el único, de las primeras reglas constitucionales de la Hermandad Matriz en 1757.



La Pasada del Rocío, en su estado original antes de la construcción de un puente en 2015.


El puente levantado por la confederación hidrográfica del Guadalquivir en 2015, sobre el arroyo de Santa María. La Pasada ha sido conocida como la Pasada del Rocío, dado el transito de la Virgen por él, en las Venidas a Almonte.








El pinar de Los Llanos o Fuente de la Pañuela.





En este pinar está situada la primera zona de sesteo de las Hermandades, con abrevaderos para los animales.





Tras finalizar el pinar, continuamos por los lugares del Ojillo y Palmosa.









Tras cruzar Fuente de Mimbre y la Algaida de los Carboneros, nos adentramos por el paraje de "Los Tarajales"







El camino se ve interferido por la estación de bombeo que fue construido en 1, 32 Km sobre el camino. La alternativa optada, es la de recorrer una pista asfaltada que conduce desde la Carretera del Rocío hasta la dicha estación, recorriendo unos 740 metros, hasta unirse a una pista del plan Almonte - Marisma.





Pista colindante a la finca de los Solteros. Recomendable plantar arboleda antes los días calurosos que se sufre en tiempos de Romería.



Como anteriormente, nos encontramos un cartel donde indica el lugar donde había otra cruz, en este caso la de Veguita.



Y muy cerca, se encontraba este pozo, conocido como pozo de Cepeda. Hoy desaparecido.



Esta zona está habilitada para zona de sesteo de las Hermandades. En ella crecen una infinidad de chopos para dar sombra.






Los taranjes que abunda en la zona.






De nuevo es prescindible plantar arboleda.








Este charco, es otro paraje emblemático en el camino.








Tras cruzar la pasada de Caño Marín, de la que recomendamos instalar barandas, nos adentramos en las primeras casas de la aldea del Rocío. Esta calle que pasa justo por la Plaza del Guadalquivir, esta sin rotular, y sería preciso e idóneo llamarse "Camino de los Tarajales".



Y al fin, la meta, llegar hasta las plantas de Nuestra Señora del Rocío.



Plano del camino de los Tarajales. Tramo actual, y tramos primitivo hoy perdidos.


Por Javi el Almonteño.