Nuestra Señora del Rocío con sus galas de Pastora. 1957. Fotografía de Haretón. |
La devoción a la Virgen del Rocío tiene hoy en día un
calendario fijo. Las fiestas y celebraciones que se celebra en honor a la
Blanca Paloma, han ido regulándose y fijándose definitivamente durante el siglo
XX: la Romería del Rocío en Pentecostés, los Traslados a Almonte y Rocío Chico en
agosto, y la Candelaria o Fiesta de la Luz en febrero.
Como es sabido, las Venidas de la Patrona de Almonte a su
pueblo vienen celebrándose al menos desde 1589 como muestra la documentación. Sin
fecha fija, los almonteños la trasladaban en forma de rogativas para encomendarse e implorar a su Reina, ya fuera cualquier mes del año. No es hasta 1956 cuando queda
fijado la tradición de los Siete años, debiendo cumplirse el ritual en agosto, después de la celebración del Rocío Chico, permaneciendo la Santísima Imagen
hasta el día de la Ascensión, una semana anterior a Pentecostés.
Varios de esos Traslados celebrados en los siglos
anteriores, ha coincidido en el mes de noviembre. Así lo atestiguan las actas
capitulares del Ayuntamiento de Almonte. El primero de ellos ocurre en 1726, fijándose
el 26 de dicho mes de noviembre: ”…
de que su Divina Majestad nos envíe el Santo Rocío de sus Aguas poniendo por
intercesora a su bendita Madre y Patrona del Rocío, que se venera en su ermita
extramuros de esta referida Villa y que para hacerlo con todo acierto se hacía
preciso el traer a Nuestra Señora a que resida en la Parroquial de esta Villa,
según el estilo y costumbre …”.
Pocos años después, en el primer día de noviembre de 1755, un terremoto con epicentro en Lisboa, afecta gravemente a la techumbre del Santuario de la Virgen del Rocío, viendo que trasladarla poco después para la gran reforma que sufrió el edificio, inaugurándose posiblemente en 1758.
Pocos años después, en el primer día de noviembre de 1755, un terremoto con epicentro en Lisboa, afecta gravemente a la techumbre del Santuario de la Virgen del Rocío, viendo que trasladarla poco después para la gran reforma que sufrió el edificio, inaugurándose posiblemente en 1758.
Regreso de la Virgen del Rocío a su Santuario por el Camino de Los Llanos. 1957. |
No volveremos a tener más referencia de las Venidas
producidas en noviembre hasta el año 1919, año de la Coronación Canónica. Ocurrió
el día 14 para las mejoras que se llevaría a cabo en el Camarín de la Virgen “…Fijar el día para trasladar a la Santísima
Virgen del Rocío de su ermita a esta villa con motivo de la obra que está en
proyecto y en breve se va a llevar a efecto en el Camarín de la Señora … “.
Sería entonces cuando Almonte vería a su Excelsa Patrona recién coronada en el
pueblo y luciendo su brillante corona de oro labrada para aquel acontecimiento
celebrado el 8 de junio.
Diez años después volvería a Almonte. Ocurrió un día como hoy, el 27 de
noviembre “… Con motivo de la
pertinaz sequía que tanto perjudica los intereses agrícolas de aquel pueblo,
unánimemente se acordó por este trasladar a Almonte, en rogativas la peregrina
y milagrosa Imagen de la Blanca Paloma… “. De aquella estancia de la Virgen
de los almonteños en la Parroquia de la Villa, quedó inmortalizado la visita
del Ilustre Poeta moguereño Juan Ramón Jiménez, fotografiado frente al azulejo
conmemorativo de la Coronación Canónica de la torre parroquial junto a miembros
de su familia.
Sería la de 1929 la última vez que la Blanca Paloma haya
venido a Almonte en el mes de noviembre. Pero no solo las traslaciones ha sido
participe en acontecer en el referido mes. Debemos de retroceder al siglo XVII
cuando a lo que llamamos hoy como Romería del Rocío se celebraba el 17 de
septiembre.
El nombramiento de Nuestra Señora de las Rocinas como
Patrona de la Villa de Almonte el 29 de junio de 1653 daría pie a elegir un día
para celebrar una fiesta en su honor, eligiéndose el 17 de septiembre, cuando
por entonces se celebraba el Dulce Nombre de maría, esta celebración se trasladó a fines del
siglo XVII, concretamente al día12, pero ya por entonces, en 1670, la Fiesta a la ya llamada “Nuestra
Señora del Rocío”, fijaba nuevo día y mes de celebración, en el segundo día de pascua de Pentecostés.
Pero antes de esto, en 1659, en plena crisis con la Guerra de la Restauración de Portugal, la Romería no pudo celebrarse el 17 de septiembre, debido también a los problemas económicos de las arcas municipales, acordándose que “…se transfiere esta Fiesta para el primer domingo del mes de noviembre que se celebra la fiesta del Patrocinio de su Majestad, la Virgen Santísima, Nuestra Señora, y este día se haga como la Fiesta que este Cabildo tiene obligación de hacer a Santa María del Rosío, conforme el dicho voto y se entiende por este año…”.
Pero antes de esto, en 1659, en plena crisis con la Guerra de la Restauración de Portugal, la Romería no pudo celebrarse el 17 de septiembre, debido también a los problemas económicos de las arcas municipales, acordándose que “…se transfiere esta Fiesta para el primer domingo del mes de noviembre que se celebra la fiesta del Patrocinio de su Majestad, la Virgen Santísima, Nuestra Señora, y este día se haga como la Fiesta que este Cabildo tiene obligación de hacer a Santa María del Rosío, conforme el dicho voto y se entiende por este año…”.
Representación
de la Virgen del Rocío en la segunda mitad del siglo XVII. Azulejo de Ntra. Sra.
Del Rocío del año 1696. Autor desconocido. Patrimonio de la Hermandad Matriz de
Almonte.
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Un hecho inaudito en comparación en el marco estacional en la que estamos acostumbrados hoy en día en época primaveral. Aunque el frío y la lluvia ha
hecho mella en contadas ocasiones en las últimas Romerías.
Javi el almonteño
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