La olvidada “Corona del Sol” de la Virgen del Rocío



El pasado jueves 12 de abril, fue presentado por el taller orfebre Hermanos Delgado de Sevilla, el diseño de la nueva corona de la Virgen del Rocío con motivo del Centenario de la Coronación Canónica que acontecerá el próximo 2019. La nueva presea que representa la escena de Pentecostés, será ejecutada a base de donaciones por parte de las Hermandades Filiales, como de la Matriz, así como de las no filiales y asociaciones. 

Se prevé que el estreno de la corona se realice en la Romería del Rocío de 2019, coincidiendo con el aniversario de la Coronación.

Con esta nueva adquisición para el patrimonio del Rocío, poco se ha aportado o estudiado a fondo sobre el ajuar o “tesoros” de la Patrona de Almonte. Recientemente la Hermandad Matriz puso en valor este ajuar con la creación del “Museo Tesoro de la Virgen del Rocío”, siendo autentica admiración por las diferentes piezas que lo compone repartidos en las tres salas que se localizan en los triforios del Santuario.

De todas ellas nos fijamos concretamente en una pieza orfebre. Se trata de la olvidada “Corona del Sol”. En su diseño, se representa un sol humanizado y sonriente, de ligera impronta americanista, fulgura resplandeciente en el comedio del sostén arbotante, o imperial, que enlaza el canasto de la corona con su diadema; simpática caracterización de la que ha tomado el popular sobrenombre. Su cestillo, o coronel y picado de lustre, al igual que el resto de la pieza. En esta base, presenta una ornamentación configurada a base de “ces” expandidas que abrazan cartelillas de formato trapezoidal, unas, y oval otras, imitando el engaste de una piedra preciosa, aunque recreadas en el propio metal. Se asienta todo el canasto, a su vez, sobre un aro básicamente ornamentado por enredadas guirnaldas laureas.

Corona del Sol de la Santísima Virgen del Rocío. Exposición 1998.

En la diadema, distintos motivos vegetales decoran los espacios de la media luna invertida que forma la creciente, de tal guisa que la representación de este elemento se distribuye alrededor de un eje central, encarnado por dos “ces” enfrentadas, en torno a un óvalo que recrea una piedra preciosa labrada en metal, del que penden los tallos y hojarascas de dos tulipanes hacia cada extremo, armoniosamente esparcidos por las caídas menguantes del semicírculo. En opinión de la experta de joyería, doña Leticia Arbeteta Mira, la presencia de esta modalidad floral ha podido ser tomada por el orfebre ejecutante de las turquerías. 







Contornean toda la diadema unos rayos flameados y ondulantes que alternan con otros rectos, sobre cuyos remates figuran pinchadas unas estrellas que denotan, en su ejecución, cierta tosquedad, aunque el objeto no queda exento por ello de otros muchos y bellos detalles refinados. Aglutina en total catorce estrellitas que se alinean, de modo equitativo, en rayos derechos ubicados a cada lado de la cruz flordelisada, recreada a base de flor de lis, que se alza como el epicentro de la pieza, al germinar de una flor abierta (una posible rosa silvestre).

Podemos encontrar una corona similar perteneciente a la antigua Cofradía de la Bofetá de Sevilla.

La corona de plata se compone de canasto circular que se abre en tamaño en ritmo ascendente, seis imperiales distintos entre sí y una aureola enmarcada de la que sobresalen una cruz sustentada por ángeles y una serie de haces de luz o rayos zigzagueantes y rectos de modo alterno rematados los segundos en estrellas de siete puntas. La pieza sólo está labrada por una de sus caras, en el caso del canasto o los imperiales en la parte vista, mientas que en el caso de la aureola y sus remates sólo en la parte frontal.

Corona de la Hermandad del Dulce Nombre

Sobre el imperial central de la corona se sitúa un sol asemejando un rostro humano en su esfera y rodeado por una serie de haces de luz que repiten a menor escala los rayos zigzagueantes y rectos de modo alterno, al igual que la corona de la Virgen del Rocío.

Si atendemos al análisis elaborado por el IAPH (Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico) en 2008, la presea del Dulce Nombre es fechable entre 1701 – 1750.
¿Dataría de esta fecha la corona de Almonte? Si comparamos las distintas representaciones existentes de la Virgen del Rocío durante el siglo XVII hacia parte del siglo XIX, podíamos cotejar si esta pieza de plata se acerca al más mínimo detalle en las representaciones de la virgen, ya sea en orfebrería, litografías o pinturas.

Del siglo XVII nos llega dos representaciones de la Virgen del Rocío; la primera se trata de una pieza de orfebrería de plata proveniente de Sanlúcar de Barrameda, un báculo fechado en 1680, a día de hoy es el retrato más antiguo de la Patrona almonteña. La Virgen ataviada con el atuendo de los Austrias, muestra una simple corona de canasto, desprovista de la diadema. Quizás fuese la corona que regalase doña Isabel, mujer del hacendado Hernando Caballero, vecinos de Almonte y fechado ya en 1583. De misma similitud aparece esta corona de canasto en la demanda de plata del siglo XVIII y restaurado en 1813 de los tesoros de la Hermandad Matriz. Debemos de esperar hasta 1696 cuando aparezca una corona con resplandor sobre la Virgen. Esta corona será la que ilustre las distintas representaciones de Nuestra Señora durante todo el siglo XVIII y parte del XIX. 
Báculo de la Hermandad de Sanlúcar de Barrameda de 1680. Siendo mayordomo Juan Lozano
Azulejo de 1696 de la primitiva ermita del Rocío. Anónimo.
Esta presea pintada en 1696, será plasmada durante el siglo XVIII, en ocasiones coronado los rayos flameados y ondulantes por unas estrellas, mientras tantos en otras se excluyen. Imaginamos que por criterio o precisión del autor de la obra.

Distintas representaciones de la corona de la Virgen del Rocío durante el siglo XVIII

Como dijimos antes, la ilustración de esta esta pieza de plata se extiende hasta el siglo XIX, cuando en 1813, la Virgen adquiere un nuevo juego de plata, el llamado conjunto de rayos biselados, regalo del hermano mayor de Almonte, Juan José Lagares. Corona que se plasmara en numerosas ocasiones durante en este siglo decimonónico con más o menos exactitud. 

Ntra. Sra. del Rocío con el conjunto de rayos biselados de 1813. 

Ante las evidencias gráficas de la Virgen durante estos casi dos siglos, nada tiene que ver la Corona del Sol con estas coronas en sus trazas pictóricas. La presencia del sol humanizado es nula, como de los detalles de la diadema. Si coincide con los rayos flameados y ondulantes.

¿Cuándo aparece la Corona del Sol ilustrada?

Durante el siglo XIX, queda inventariado en dos ocasiones el rico ajuar de la Virgen del Rocío. El primero de ellos fechado el 2 de agosto de 1805, en el que se nos da cuenta de dos coronas: una de plata y la otra de plata sobredorada.

El siguiente inventario es elaborado por el párroco de Almonte don Ángel Márquez Parreño, fechado el 30 de diciembre de 1884. Nos vuelve a indicar la existencia de dos coronas: una corona imperial labrada y cincelada, y otra corona de plata sobre dorada. Recordemos que la corona imperial es la regalada en 1813 a la Virgen, por lo tanto la dos primeras corona citadas en 1805, sobrevive a 1884 la corona sobredorada, perdiéndose el rastro de la corona de plata ¿la corona sin diadema del báculo de Sanlúcar?

Desconociendo por completo si la “corona de plata sobredorada” inventariada en 1805 y 1884 se tratase de la Corona del Sol, en una relación de coplas populares dedicadas a la Virgen del Rocío en el siglo XIX, puede arrojarnos un poco de luz.

La Virgen del Rocío, 

Blanca Paloma, 

Ha estrenado un vestido, 

Manto y corona. 

Esta copla decimonónica recogida en una obra de principios del siglo XX, puede darnos la clave. Del gran legado de la familia Cepeda de la Palma del Condado, se conserva una pintura fechada hacia 1880. La Virgen del Rocío emerge desde sus andas de madera elaboradas por Juan de Astorga en 1820, y entre dos candelabros de plata, la Señora de Almonte aparece encarnada con la Corona sobredorada del Sol, luciendo junto a las ráfagas y media luna de rayos biselados. Por lo tanto, tenemos la primera presencia pictórica de la mencionada corona. 

Pintura de hacia 1880. Perteneciente a la familia Cepeda.
Comparación de la corona con la pintura.

En 1917, el pintor Manuel García Rodríguez, realiza un cuadro de la Reina de las Marisma para el nazareno Juan Luis Cózar y Lázaro, del que había sido párroco de Almonte y posteriormente del Divino Salvador en Sevilla. La Virgen aparece en su divina majestad, elevándose sobre el antiguo santuario, anterior a las reformas de 1918 que cambiarían la fisonomía de su fachada. La Virgen con ráfagas de rayos biselados, vuelve a ser representada con la Corona del Sol, jugando con la intensidad de su dorado con el plateado de las ráfagas. Dicho cuadro presenció todas las reuniones de las Juntas de la Coronación Canónica. Hoy esta obra se localiza en Dos Hermanas, ciudad natal de Cózar y Lázaro.

Pintura de Manuel García Rodríguez . 1917.

Comparación de la corona con la pintura

No volvemos a tener constancia de la presencia de esta corona en más representaciones, ni tan siquiera en fotografías. Quizás cayera por su valor artístico ante la nueva corona de 1919 para la Coronación Canónica que encandiló a los devotos por su belleza y elaboración.

Sin embargo, no deja de sorprender la referencia citada de la copla popular ante el estreno de una corona, y que esta se vea involucrada en un corto tiempo cronológico con la primera aparición de la Corona del Sol en dos pinturas a finales del siglo XIX y principios del XX.

Ahora son varias preguntas las que quedan en el aire, y varias hipótesis la que se plantean; si la corona es de finales del siglo XVII o principios del XVIII, con varias reformas a lo largo del tiempo, o bien, si pudiera haberse adquirido muchos después del año de su ejecución, o si realmente data del siglo XIX como presencia las dos pinturas en la que se retrata por vez primera.

Javi el almonteño.

Bibliografía:

- MAYO RODRÍGUEZ, J.: La Corona del Sol, la revista del Rocío, nº 9, Cadena Ser. Huelva, 2012, pp 41–43.

- CRUZ DE FUENTES, L.: Recuerdo del primer Centenario del Rocío Chico. Huelva. 1913, p 42.

- MUÑOZ BORT, D.: El ayuntamiento de la villa de Almonte y la expansión de la devoción a la Virgen del Rocío (Siglos XIV – XX). Parte segunda”, revista Exvoto, nº 1. Sevilla, 2012, p 38.

- LÓPEZ TAILLEFERT, M. A.: El ajuar de Ntra. Sra. Del Rocío y de su ermita según un inventario del último cuarto del siglo XIX, revista Exvoto, nº 2. Sevilla, 2013, pp 43-58.

- CALDERÓN ALONSO, G.: Nuevos datos sobre el lienzo de la Virgen del Rocío de Manuel García Rodríguez, revista Exvoto, nº 6. Sevilla, 2017, pp 91-102.

- Orfebrería religiosa en la Villa de Almonte 1998, cuadernos de Almonte, nº 14. Huelva, 1996.

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